En este primer artículo no nos vamos a extender en modo alguno haciendo consideraciones sobre estos compañeros de viaje estacionales, tiempo habrá, pero sí nos parece interesante señalar un par de hechos que, quizá por evidentes, suelen pasarnos desapercibidos.

Dentro de las llamadas plagas domésticas es necesario diferenciar las que viven en el interior de nuestras casas (cucarachas, hormigas, en algún caso pequeños roedores) y las que viven en el entorno de nuestras casas (avispas, moscas, mosquitos, orugas, etc.).

La primera e importante diferencia es que, para estas últimas, la climatología es determinante en su ciclo biológico, mientras que para las especies residentes no lo es tanto, ya que las condiciones climáticas de nuestras residencias sufren leves alteraciones a lo largo del año.

En próximos números profundizaremos en estos aspectos y sus consecuencias.